8 abr 2009
Oktoberfest en el Noucán. Un Barça compacto y seguro de sí mismo hizo trizas a un Bayern desdibujado y roto. Su plan defensivo Atletico-de-Madrid-style hizo aguas desde antes de empezar, con la inclusión de una pareja de centrales como el zángano de Demichelis y un brasuca que tendrá las mismas Nocionis de alemán que yo de Tagalog. Menos compenetración imposible. Por no hablar del tal LELL, o LOL, hijo bastardo de LLoll Bertrán; del portero cantarín Butt, aka "culo", conocido por tragarse la volea del moro agresor, y de una infame jugada donde no ha podido sacar el balón de su área pequeña. En esa misma coyuntura, el hijo de puta de árbitro Premier mostró la amarilla a Messi, demostrando ser de estos trencillas ingleses con inmerecida buena fama por penalizar más los piscinazos que las segadas al tobillo.
El Bayern (o el mariconsón de Klinsmann) ha demostrado cuál es la antítesis de cómo hay que venir al nostre Estadi. ¿Un esquema defensivo poniendo a unas madres y sin exigirles una presión a muerte? Todos los equipos que han sido capaces de chulearnos, lo han conseguido mediante una gran asfixia y de enguarrar lo máximo posible parando el juego y siendo directos. Ser unos cabronazos, vamos. Esta gente ha venido en plan turista teutón en Calella, gente que da vueltas por el paseo marítimo con su Volkswagen sin atreverse a aparcar en doble fila cual latino kinki. Al ser la primera vez que jugaban contra nosotros esta temporada, han estado a verlas venir, como si se enfrentaran a un Wolfsburgo de la vida. Si contra los de su propia Bundesmierda salen escaldados, imagínense contra un equipo que saca de un metro libre un gol. Una carnicería. Mientras que los equipos ponzoña de la Liga española, que ya fueron sodomizados previamente sin piedad, tomaron buena nota del asunto y ahora hay que sudar sangre para tumbarles.
Bien es cierto que el Barça ya tenía desquiciado al rival con un 2-0 en el min 12, pero para muestra el tercero: Henry se marcha por su banda (?) con una única línea de pase, que es Messi, cubierto por tres defensores. Todos siguen la pelota y el argentino marca a placer. Un cachondeo.
Eto'o se va a excitar más recordando los pasillos intermuros que el ano de la Canalda.
Buenísimas las caras de QUÉ COÑO ES ESTO de los aficionados Nationalsozialistischen. Sin duda añoraran los tiempos de torpedo Muller, Beckembauer, Rummenigge y el propio Klinsmann, que como jugadores fueron símbolos y emblema de honor y gloria, pero que como dirigentes son unos burócratas sin calor que se limitan a gestionar su club con valores equivocados: los de fer la mà.
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